Alfredo Carrera, 34 años, se mudó a New Orleans para la reconstrucción después del huracán Katrina. A pesar de su participación en huelgas de hambre y desobediencia civil en la Casa Blanca, no califica para la DAPA.

Pat, 26 años, mudó a los EE.UU. de Jamaica en 2007. A pesar de organizar su comunidad indocumentada Negra y su defensa de los refugiados, Path no califica para DACA / DAPA.

Carmen, 60 años, trabajaba en un hotel de lujo en Nueva Orleans por 9 años, donde se enfrentó discriminación abierta en el trabajo: dado las cargas de trabajo más pesadas, descansos negados, y la obligaron a comer después de los empleados ciudadanos de estadounidense. A pesar de que ha vivido en los EE.UU. para 16 años, Carmen no califica para la DAPA porque su hija no es una ciudadana estadounidense.

Rosi Carrasco, 56 años, ha estado involucrada en la lucha por los derechos de los inmigrantes desde que se mudó a Chicago en 1994. Ella tiene dos hijas, pero no califica para la DAPA.

Zar Tep, 43, fue deportado a Camboya el día de Acción 2011, lejos de sus tres hijos pequeños en Modesto, CA. Llegó a los EE.UU. en 1978 como un niño refugiado de edad de 5 años después del genocidio en Camboya. Zar fue deportado por un delito que cometió hace 26 años pa tras a los 17 años, pero fue juzgado como un adulto. Sirvió 8 años, y fue lanzado en 1998 a los 25 anos. Él construyó una vida y una familia para 13 años antes de ser deportado a los 38 años. En este momento el es un organizador con 1Love Camboya, un grupo que apoya a la comunidad deportado basado en la capital, Phnom Penh.

Noemi Romero, 24, ha vivido en Arizona prácticamente toda su vida. A la edad de 21, su sitio de trabajo fue allanada por agentes del Alguacil Arpaio mientras que estaba trabajando para ahorrar dinero para pagar su aplicación de DACA. Ella ya no puede aplicar para DAPA debido al delito que recibió por trabajar sin papeles.

Jennicet Gutiérrez es un activista trans indocumentada mexicana y un líder en la campaña para poner fin a la detención trans. Ella vive en Los Ángeles y no califica para la DAPA.

Martín Unzueta, 61 años, es una activista para los derechos de los trabajadores y de los inmigrantes. Él es el primer adulto indocumentado conocido por su participación en la desobediencia civil. Él ha vivido en Chicago desde 1994, tiene dos hijas, y no calificar para la DAPA.

Eusebia, 52 años, entró a los Estados Unidos en 2008. Una empleada de un restaurante, Eusebia se unió al movimiento por los derechos de los trabajadores y de los inmigrantes en 2009 después de que su empleador le robó más de $ 4.500. Eusebia no califica para la DAPA porque sus seis hijos dependientes viven en Guatemala en vez de los Estados Unidos.

Fernando Abundes, 38 años, emigró a Arizona en 2001 en busca de un futuro mejor para sí mismo. Fernando estaba trabajando en el restaurante “Tio Sam” en 2013 cuando fue allanada por los Alguaciles del Condado de Maricopa bajo de Arpaio. Actualmente está luchando contra su caso.

Angela Pereira, 26, es un líder trans indocumentado de Guatemala. Fue detenida por más de 3 meses en Texas y ahora está organizando para poner fin a todas las detenciones y deportaciones, no califica para DAPA.

María González,  51 años, miembro activo de la comunidad, involucrada en la lucha por los derechos de los inmigrantes, vive en Chicago desde 2003 con su marido, su hija, dos hijos y dos nietos. Ella no califica para la DAPA.

Alejandra Cabrera, 51 años, ha trabajado en la comunidad latinx desde 1995. Participó en la marcha “100 mujeres 100 millas” para la dignidad de los inmigrantes. Ella vive en Chicago con su hermana, su cuñado y sus tres sobrinas. Ella no califica para la DAPA.

Mario, 43 años, llegó a los Estados Unidos hace 10 años para mantener a su familia. En las secuelas del huracán Katrina, Mario limpió casas que habían sido devastadas por la tormenta. Mario no califica para la DAPA porque sus hijos no viven en los Estados Unidos.

Armando Ibáñez es un cineasta activista indocumentado y queer de 33 años, que vive en Los Ángeles. Ha estado activo en la lucha para poner fin a la detención trans y a todas las deportaciones. Él no califica para la DAPA.

Melvin, 41 años, he trabajado en más de 200 casas, que atraviesan todos los vecindarios de Nueva Orleans, incluso a Baton Rouge, en la recuperación después del huracán Katrina. Aunque los niños de Melvin han vivido en los Estados Unidos desde 2007, Melvin no califica para la DAPA, porque no son ciudadanos o residentes.

Ma. Cruz Ramírez, 50 años, es madre de 3 Dreamers  y emigró a dar a sus hijos un futuro mejor. Ella es una defensora de la comunidad migrante y un promotor de la salud. Maricruz no califica para la DAPA.

Sofía Estévez de 56 años de edad ha vivido en los Estados Unidos por 23 años y nunca ha dejado de trabajar. Ella ha sido voluntaria en su comunidad por lo menos por 10 años y no ha recibido ningún pago ya que no tiene un permiso para trabajar. Ella no es elegible para DAPA ya que sus hijos no son ciudadanos de los Estados Unidos.

José Gómez, 44 años, ha vivido en Arizona desde 2001, es padre de dos receptores de DACA. José Gómez no califica para la DAPA.

Gerardo Torres, 44 años, ha estado en los Estados Unidos por 23 años. Es un líder que trabaja por la justicia para las personas sin papeles y LGBTQ. También dirige un jardín comunitario que apoya la salud y la nutrición para su comunidad. Con todo, Gerardo no califica para la DAPA.

Milton A Cornejo de 35 años originario del El Salvador vino a este país en el año 2002 en busca de una mejor oportunidad de vida. El ha ayudado a su comunidad y participó en una desobediencia civil en el centro de detención de Tacoma, WA para parar las deportaciones. Milton no es elegible para DACA+ o para DAPA ya que no tiene hijos.

Jaime Valdez, 34 años, ha vivido en los EE.UU. por más de la mitad de su vida. Una condena de DUI le llevó pasar 1 año en la prisión antes de ser deportado mientras su familia estaba en huelga de hambre pidiendo su liberación. Jaime Valdez no califica para la DAPA.

Fausto, 57 ha trabajado como carwashero por los últimos 10 años en la ciudad de Los Angeles. Sus manos y pulmones han sido afectados por los jabones y desengrasantes tóxicos que se utilizan en esa industria. Por los últimos 7 años Fausto ha sido un líder en la campaña CLEAN Carwash pero él no beneficiara de DAPA porque sus hijos no son ciudadanos de los Estados Unidos.

Trini, tiene 12 años viviendo en TN. Desde llegar a los estados unidos ha apoyad en la comunidad con proyectos de cultura, educación y derechos de los inmigrantes. Trabaja arduamente en la industria restaurantera, pero no calificara para DAPA.

Cristina Molina, 49, vino a los Estados Unidos en el 2006. Tiene un hijo de 25 años que fue deportado y ella ha participado en la lucha por derechos migrantes en Filadelfia per aúno no califica para DAPA porque no tiene hijos aquí.

Graciela Lorenzo, 27,  ha estado en los Estados Unidos casi 10 años. Ella no califica para DAPA porque no tiene hijos.

Don Felipe, 61, ha estado en los Estados Unidos por 13 años. Ha estado organizando para derechos migrantes en Norristown, PA por los últimos 4 años. Tiene una nieta aquí. Don Felipe no califica para DAPA.

María Illescas, 52, ha estado en los Estados Unidos por 15 años. Ha sido líder activa organizando para derechos migrantes en Norristown, PA por los últimos cuartro años. Pasa mucho de su tiempo cuidando a su nieta de aquí. Sin embargo, María no califica para DAPA.

Suyapa, 33, vino de Honduras porque su padrastro estaba amenazando matarla. Ahora Suyapa sigue luchando por los derechos de su familia y sus hijos en Filadelfia. Tiene seis hijos aquí y en Honduras pero no califica para DAPA.

Adrian Luviano, 29, llegó a los Estados Unidos en 2004 del estado de Guerrero, México cuando tenía 17 años de edad. Ha trabajado en la industria de la agricultura. Es un activista involucrado en la lucha de los derechos de los inmigrantes desde el 2011. Participo en las acciones de desobediencia civil en Georgia. A pesar de haber obtenido su GED antes del anuncio del DACA en 2012, el no califica para DACA, ni para DAPA.

M.Guadalupe Crespo Dueñas, 57, llegó del estado de Guanajuato, México a los Estados Unidos en 2001. Ella no migró a este país por mera diversión, sino por la gran necesidad de sobreponerse a la pobreza y poder tener un estilo de vida saludable. Ha trabajado dentro de la industria de los servicios de conserjería para el mantenimiento de departamentos. Tiene dos hijos, uno de ellos está en los Estados Unidos y no aplica para DACA/DAPA. Ella ha participado en numerosos actos de desobediencia civil con el objetivo de impulsar la resistencia y fortalecer a su comunidad instando a la reconquista de la dignidad. Ella no califica para DAPA.

Maricela Muñoz, 43, decidió venir desde Aguascalientes, México a los Estadios Unidos en 2002. Ella y su familia se encontraron ante la necesidad de venir a los Estados Unidos porque el único trabajo que había resultaba insuficiente. Ella forma parte de la fuerza laboral de la agricultura y trabaja en jardinería. Participó en los actos de desobediencia civil en Georgia para concientizar a la población y detener las deportaciones en los Estados Unidos. Ella ha estado ampliamente involucrada en la lucha por los derechos de los inmigrantes desde 2011. Quiere que su comunidad resurja y se una, de manera que juntos puedan alcanzar los objetivos de la liberación. Ella tiene un hijo y no califica para DAPA.

Tomas “La Voz” Martínez, 54, se mudó a los Estados Unidos en 2001 de la Ciudad de México. Ha trabajado en la industria de los servicios que ha mantenido a Atlanta por años. Se inició en la lucha por los derechos de los inmigrantes en 2006 y no ha cesado de participar desde ese año. Ha formado parte de varios actos de desobediencia civil en 2013 y 2014 en apoyo a la orden ejecutiva y la implementación del DACA y DAPA . Tiene dos hijos y nueve nietos, pero no califica para el DAPA

Teresa Rivero, 54, llegó a los Estados Unidos en 1997 buscando un trabajo con el que pudiera ayudar económicamente a su familia, en pocas palabras, siguiendo el ‘sueño americano’.  Ella decidió participar en el movimiento de los derechos de los inmigrantes por la presión que la falta de documentos y la expiración de su licencia y la imposibilidad de renovarla le generaban. Debido a la implementación de los acuerdos federales 287g en el condado en que vivía, sintió la necesidad de hacer algo y no esperar a que algo sucediera.  Comenzó a participar en las reuniones comunitarias desde el 2012 y ha sido parte de varios eventos en contra las deportaciones además de ser miembra activa de GLAHR y apoyar al Movimiento Nacional de los Derechos de los Inmigrantes. Tiene dos hijos y ella no es elegible para DACA o DAPA.

 José de Jesús Esparza Morales, 43, llegó a los Estados Unidos en 1989 a la edad de 16 años desde el estado de Aguas Calientes, México. Viajó a los Estados Unidos en la búsqueda de acceder a la educación superior. Sin embargo, las leyes anti-inmigrantes le impidieron tener esta oportunidad. Él ha trabajado dentro de la industria de la jardinería por años. A pesar de que ha sido un miembro activo de GLAHR por casi dos años, ha luchado en contra de las violaciones a los derechos humanos durante toda su vida. José de Jesús no califica para DAPA.

Antonia Lozano, 59, proveniente de Celaya Guanajuato, México, llegó a los Estados Unidos en 1998. Ella se ha dedicado a trabajar en el sector de los servicios y actualmente es empresaria. Ella inició su activismo en 2012 en contra de los retenes policiales en la Ciudad de Fairburn, Georgia. En 2013 participó en acciones de Desobediencia Civil en Atlanta, Georgia, bajo la demanda DACA/DAPA para todos y en contra de las deportaciones. En 2014 en compañía de otros activistas a nivel nacional participó en la Huelga de Hambre frente a la Casa Blanca. Ella se ha distinguido por su liderazgo en la lucha por los derechos de los inmigrantes. Continúa trabajando como organizadora comunitaria en defensa de los derechos de los inmigrantes y es miembra activa de GLAHR.